Felipe de Jesús Ángeles Ramírez. Nació en Zacualtipan, Hidalgo, el 13 de junio de 1868. Fue hijo de Felipe Ángeles, un coronel que combatió contra las invasiones de los estadounidenses en 1847 y de los franceses en 1862, y de Juana Ramírez. Estudio en el Colegio Militar de Chapultepec. Egresó en 1892 con el grado de Teniente de Ingenieros. Desde muy joven fue profesor sobresaliente del Colegio Militar, del Colegio Militar de Aspirantes, de la Escuela Nacional Preparatoria y de la Escuela de Tiro, de la que más tarde fue director. El 25 de noviembre de 1896, se casó con Clara Craus, estudio artillería en Estados Unidos y en Europa, al estallar la revolución mexicana, Ángeles le pidió mando de tropas al Gral. Porfirio Díaz para luchar en contra de los insurrectos lo cual le fue negado. Al triunfo de Madero, este lo nombro director del Colegio Militar, después ante la rebelión de Zapata, Ángeles dirigió la campaña con gran eficacia en contra del caudillo sureño, al estallar la Decena Trágica en febrero de 1913, Ángeles presto sus servicios a Madero al cual se mantuvo leal y una vez consumada la traición de Huerta fue aprendido junto con Madero y Pino Suárez, a la muerte de estos dos, es desterrado en Europa, pero vuelve al lado de Carranza quien lo comisiona en apoyo de Villa, manejando la artillería de la división del norte, se destaco en las batallas de Torreón y Zacatecas, durante la Convención derroto a las tropas carrancistas en Ramos Arizpe Coahuila, en 1915, pero al ser derrotada la División del Norte por las tropas de Obregón huye a Estados Unidos, en 1919 regresa con el plan de unificar a los rebeldes en contra de Carranza, pero es capturado y juzgado en el teatro de los Héroes en la ciudad de Chihuahua donde por ordenes de Carranza no se le da el indulto:
"ENTERADO DEL CONSEJO DE GUERRA QUE JUZGARA A FELIPE ANGELES. CUMPLACE EN TODO CON LA LEY, SIN ADMITIR INFLUENCIAS DE NINGUNA ESPECIE NI EN FAVOR NI EN CONTRA DEL REO, SALUDOLO AFECTUOSAMENTE. VENUSTIANO CARRANZA"
Es condenado a muerte, un día antes de que se cumpliera su sentencia le escribió a su esposa:
“Adorada Clarita: Estoy acostado descansando dulcemente. Oigo murmurar la voz piadosa de algunos amigos que me acompañan en mis últimas horas. Mi espíritu se encuentra en sí mismo y pienso con afecto intensísimo en ti. Hago votos fervientes porque conserves tu salud. Tengo la más firme esperanza de que mis hijos sean amantísimos para ti y para su patria. Dile que los últimos instantes de mi vida los dedicare al recuerdo de ustedes y les enviare un ardentísimo beso. Felipe Ángeles”. Recibió la muerte la mañana del 26 de noviembre de 1919, sin saber que su adorada Clarita, nunca pudo leer la carta. El destino se lo impidió, pues ella también murió sin saber la suerte que corrió su marido.
Antes del fusilamiento escribió su legado revolucionario: “La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas”.
Otra frase que lo destaca es la plegaria que siempre le diría a Francisco Villa: "LA REVOLUCION SE HIZO PARA LIBRARNOS DE LOS AMOS, PARA QUE VUELVA EL GOBIERNO A MANOS DEL PUEBLO Y PARA QUE ESTE ELIJA EN CADA REGION A LOS HOMBRES HONRADOS, JUSTOS, SENSATOS Y BUENOS QUE CONOZCA PERSONALMENTE Y LOS OBLIGUE A FUNGIR COMO SIRVIENTES DE SU VOLUNTAD EXPRESADA EN LAS LEYES Y NO COMO SUS SEÑORES" GENERAL FELIPE ANGELES.
"ENTERADO DEL CONSEJO DE GUERRA QUE JUZGARA A FELIPE ANGELES. CUMPLACE EN TODO CON LA LEY, SIN ADMITIR INFLUENCIAS DE NINGUNA ESPECIE NI EN FAVOR NI EN CONTRA DEL REO, SALUDOLO AFECTUOSAMENTE. VENUSTIANO CARRANZA"
Es condenado a muerte, un día antes de que se cumpliera su sentencia le escribió a su esposa:
“Adorada Clarita: Estoy acostado descansando dulcemente. Oigo murmurar la voz piadosa de algunos amigos que me acompañan en mis últimas horas. Mi espíritu se encuentra en sí mismo y pienso con afecto intensísimo en ti. Hago votos fervientes porque conserves tu salud. Tengo la más firme esperanza de que mis hijos sean amantísimos para ti y para su patria. Dile que los últimos instantes de mi vida los dedicare al recuerdo de ustedes y les enviare un ardentísimo beso. Felipe Ángeles”. Recibió la muerte la mañana del 26 de noviembre de 1919, sin saber que su adorada Clarita, nunca pudo leer la carta. El destino se lo impidió, pues ella también murió sin saber la suerte que corrió su marido.
Antes del fusilamiento escribió su legado revolucionario: “La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas”.
Otra frase que lo destaca es la plegaria que siempre le diría a Francisco Villa: "LA REVOLUCION SE HIZO PARA LIBRARNOS DE LOS AMOS, PARA QUE VUELVA EL GOBIERNO A MANOS DEL PUEBLO Y PARA QUE ESTE ELIJA EN CADA REGION A LOS HOMBRES HONRADOS, JUSTOS, SENSATOS Y BUENOS QUE CONOZCA PERSONALMENTE Y LOS OBLIGUE A FUNGIR COMO SIRVIENTES DE SU VOLUNTAD EXPRESADA EN LAS LEYES Y NO COMO SUS SEÑORES" GENERAL FELIPE ANGELES.
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